Buceo en fondos arenosos o fangosos.
Suena extraño, como ver un pez que se camufla en la arena.
A algunos incluso les parece sucio.
Como si te invitara a tirarte al barro.
O a bucear en arena y fango como si fuera un buceo poco convencional.
Y sí… en cierto modo es así.
Pero espera.
Esto me recuerda a la historia del jarabe Buckley en Canadá, en los años 80.
Las ventas estaban por el suelo.
Lo probabas y sabía horrible.
Hasta que Peter Byrne le dio la vuelta.
Su titular fue:
«Sabe horrible. Y funciona.»
Vendieron como locos.
¿Por qué?
Porque la gente entendió que, aunque no fuera agradable al gusto, hacía exactamente lo que prometía.
Con el buceo en lodo pasa lo mismo.
El nombre puede no sonar tan glamuroso como “bucear en arrecifes de coral” o “explorar pecios misteriosos”.
Pero si quieres ver criaturas únicas, hacer fotografía submarina de detalles como un profesional, y descubrir vida marina que jamás encontrarías en otro tipo de buceo…
Funciona.
El buceo en lodo es así.
No se trata de aguas cristalinas infinitas.
Se trata de fondos arenosos, lodosos, volcánicos… de eso que, si buscas qué es buceo en lodo, te dirán que es buceo en hábitats poco convencionales.
Pero es ahí, entre conchas viejas y restos del fondo, donde aparecen las joyas:
Caballitos pigmeo,
Peces sapo,
Nudibranquios que parecen obras de arte,
Pulpos que se disfrazan mejor que un actor de Hollywood.
Puede sonar poco atractivo.
Pero funciona si lo que buscas es ver un pez que se camufla en la arena.